El martes amanecimos a la misma hora de siempre pero con el doble de energía y pilas cargadas, pues salíamos de marcha y debíamos estar ligeros para comenzar la ruta cuanto antes y esquivar que el sol empezase a pegar fuerte.
Con muy buen ritmo y en poco tiempo estuvimos en Viniegra de Abajo y poco tiempo después, en nuestro destino: el charco de la rana.
Allí estuvimos bañándonos y jugando hasta la hora de comer: arroz blanco con tomate, pechugas y melón y sandía.
Por la tarde, más y mejor en el río hasta que volvimos a Viniegra, donde acampamos con las tiendas de itinerancia en un parque y cenamos unos bocatas de lomo. Desde aquí, agradecemos al ayuntamiento habernos dado permiso para poder pernoctar allí.
En aquel sitio nuevo, jugamos al tradicional agujero negro y a una variante suya, "Cazadores, venados y sabuesos" para después meternos a las tiendas y descansar para la vuelta.
Ya podéis ver las fotos
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